martes, 7 de octubre de 2008

Historia de Mercaderes delViento

Hola de nuevo amig@s de Mercaderes del Viento:

No sabemos si nuestros pensamientos y escrituras llegan a través del ciberespacio a vuestras computadoras y nos hacen partícipes de parte de vuestros días.

La semana va avanzando, los colores van perdiendo en intensidad y el azul del cielo va acercándose cada vez más a un tono gris. La tarde llega pronto. La ropa de manga corta va dejando sitio a chaquetas e incluso algún que otro impermeable.

Y nosotros seguimos aquí... en un lugar donde los sentidos se pueden perder. El aroma de las sales y los inciensos, el tacto del las sedas, el sabor del té, el tintineo de las campanillas y la visión de cuadros y máscaras permiten que nos ejercitemos en todos y cada uno de ellos.

Y que decir de aquel que denominan el menos común de los sentidos ¿entendéis al que me refiero? Aunque un poco de locura e improvisación nunca vienen mal. En estas tardes es divertido pensar en todo el inicio de este proyecto.

La semana de la arquitectura, festival "Viva América"... Madrid invita a la actividad también en otoño. Nosotros también queremos pediros una "actividad", sólo requiere tener un teclado a punto y dejar que los dedos presionen las teclas hasta formas palabras. Queremos preguntaros ¿Qué os sugiere el nombre "Mercaderes del Viento"?
Empezaremos así

HISTORIA DE MERCADERES DEL VIENTO

"… En el principio, las noticias y los nuevos productos vinieron por la tierra; atravesando selvas, hielos y desiertos.

Más tarde, a través del agua; por los ríos y los mares.

Después los adelantos y las novedades las trajeron las guerras del hombre y su fuego.

Pero, un día, no diferente de cualquier otro, aparecieron por el cielo, con una extraña sonrisa y una misteriosa mirada, no tenían nombre, así que los llamaron

MERCADERES DEL VIENTO

… Y el mundo cambió."
Ahora os toca continuar... esperamos vuestros escritos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y los productos volaban, olían, gustaban.
Los Mercaderes mostraban nuevas maneras de juntar ilusiones, de crear lazos en un mundo frío.
Las mentes se unían pensando ¿con qué puedo sorprender?
Y el mundo seguía cambiando...

Anónimo dijo...

Más, más se oía al Mercader gritar. Los niños cambiaron sus juegos para construir figuritas de cerámica. Desde el fondo de la selva, en el interior de todo un continente aparecieron maderas preciosas con las que fabricar pulseras, pendientes... La arena cambió y se lleno de colores.
El Mercader con voz firme preguntó ¿os sentís bien?

Anónimo dijo...

Se necesitan más lugares como éste, donde lo importante sea el encuentro y el tiempo se ralentice y se vuelva más denso. Sus productos te sorprenden por su sencillez y por la historia de las manos que los hicieron.
Pronto nos vemos otra vez.


Llegar aquí es fácil, lo difícil es salir.